Malena,
madre mía
Te has
ido de este mundo dejando ejemplo de vida
fuiste
un alba para nuestros corazones,
fuiste
los primeros rayos del sol
que
inyectaba y enaltecía las almas de tus hijos y ahijados
Con tu
sonrisa de lluvia nos decías
Quiero
que exista un buen futuro para ustedes
Que el
tiempo no los detenga
Y sean
felices como las gaviotas de Pimentel
Si
quieren un mañana mejor
tienen
que estudiar y prepararse
Para que
no sean hojarascas que se las lleva el viento
Tienen
que tejer las horas
incluso
en los húmedos domingos después de la misa
Tienen
que tener un pecho indomable
para que
no los venza el odio y el desamor
Malena,
Madre mía
Fuiste
arquitecta de tu tiempo
que ni
el dolor más punzante te amilanó
Ni la
cruz que cargaste te tumbó
Y en el
bullicio de las fiestas que te ofrecían
Llena de
gozo, cariño y afecto preguntabas
¿Dónde
está José y la Lidia? ¿Dónde está el Polo? ¿el Veliz y Felipe?
Están en
Casa de Madera, están en el monte ¿Dónde están?¿Por qué no han venido?
Carajo,
vengan hijos míos
“Tráiganme
la chichita de la Elsita”
Porque
hoy he talado mi alba
y no
quiero que la tristeza entre a la casa
No
quiero que el horizonte atardecido
les
afecte hijos míos.
Malena,
madre mía
Tu estás
con nosotros y nos enseñaste
que en
este mundo desteñido de sonrisas enfurecidas
por el
hambre del dinero
no hay
que temer a la muerte
Decías
mirando al firmamento chiclayano con tus
ojos negros de capulí..
¿Si ha
muerto Quiñones, Grau y Bolognessi
Porque
no voy a morir yo?
El mundo,
la vida, la alegría es de ustedes y desde el cielo los estaré observando
Si la
semilla del árbol frondoso de amor que regué
continúa creciendo en esta casa de Manuel.
Malena,
Madre mía, tus parparos nocturnos y los pliegues de tu vida
están
con nosotros. Malena tú estás viva.
Yo tu “
clavito” –como me decías-
conozco
tu secreto, que ni las tormentas horribles arrancaran de mi corazón y de mi
alma..