jueves, 6 de noviembre de 2014

REQUIEM A MALENA


Malena, madre mía
Te has ido de este mundo dejando ejemplo de vida
fuiste un alba para nuestros corazones,
fuiste los primeros rayos del sol
que inyectaba y enaltecía las almas de tus hijos y ahijados
Con tu sonrisa de lluvia nos decías
Quiero que exista un buen futuro para ustedes
Que el tiempo no los detenga
Y sean felices como las gaviotas de Pimentel
Si quieren un mañana mejor
tienen que estudiar y prepararse
Para que no sean hojarascas que se las lleva el viento
Tienen que tejer las horas
incluso en los húmedos domingos después de la misa
Tienen que tener un pecho indomable
para que no los venza el odio y el desamor
Malena, Madre mía
Fuiste arquitecta de tu tiempo
que ni el dolor más punzante te amilanó
Ni la cruz que cargaste te tumbó
Y en el bullicio de las fiestas que te ofrecían
Llena de gozo, cariño y afecto preguntabas
¿Dónde está José y la Lidia? ¿Dónde está el Polo? ¿el Veliz y Felipe?
Están en Casa de Madera, están en el monte ¿Dónde están?¿Por qué no han venido?
Carajo, vengan hijos míos
“Tráiganme la chichita de la Elsita”
Porque hoy he talado mi alba
y no quiero que la tristeza entre a la casa
No quiero que el horizonte atardecido
les afecte hijos míos.
Malena, madre mía
Tu estás con nosotros y nos enseñaste
que en este mundo desteñido de sonrisas enfurecidas
por el hambre del dinero
no hay que temer a la muerte
Decías mirando al firmamento chiclayano  con tus ojos negros de capulí..
¿Si ha muerto Quiñones, Grau y Bolognessi
Porque no voy a morir yo?
El mundo, la vida, la alegría es de ustedes y desde el cielo los estaré observando
Si la semilla del árbol frondoso de amor que regué  continúa creciendo en esta casa de Manuel.
Malena, Madre mía, tus parparos nocturnos y los pliegues de tu vida
están con nosotros. Malena tú estás viva.
Yo tu “ clavito” –como me decías-
conozco tu secreto, que ni las tormentas horribles arrancaran de mi corazón y de mi alma..