miércoles, 27 de agosto de 2008

PARA UN HOMBRE DIRECTO

Yo, soy un hombre directo y sincero
de donde crece la retama y el capulí,
el llacón y las ushunas.
Y antes que muera,
antes que me vaya a lo ignoto quiero
echar mis versos del alma
por el Marañón y el Gran Pajatén
y sonría al cocodrilo y al zorzal.

Yo sé del canto del viento

del estruendo del trueno
y del relampaguear del rayo
cuando en la noche oscura
llovia sobre mi cabeza
y la "Maru" con un plato
de amor y mote de trigo me esperaba.

Yo vestido con mi poncho y mi sombrero

pensando en ella.
En sus trenzas largas,
en sus nalgas blancas
que parecian las colinas de mi pueblo en invierno.
En sus senos pequeños
pero dulces como la lúcuma me
decia:
¿cuándo se acabará esta vida llena de hipocresía, traición
y corrupción.
No se acabará nunca quizás.
No Cristo tiene que ser hombre otra vez,
porque los pescados del mar,
ya no alcanzan para la multitud,
ni para el Telésforo
ni para la Juana
porque la cosa más fiera... el hambre
lal alma trémula y sola
le hace padecer
y no,
no hay remedio para detenerlo.

Del Poemario la Palabra de la Gaviota

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